viernes, 9 de abril de 2010

Un día en el campo

Hoy, en el campo, el cielo está celeste como señal de que el día va a estar soleado. Mire a donde mire, hay infinidad de flores, que el sol hace que tengan preciosos colores.
Me siento en una raíz que sobresale de un árbol pero me voy porque está dura y rugosa. En la hierba se está mejor, que está blanda y suave. También noto en el paladar la suave brisa campestre.
Me como, sentada sobre la reconfortable hierba, unos aperitivos con miel, que están muy buenos, sobre todo, porque los ha preparado mi madre con mucho cariño.
Pero la tranquilidad dura poco, de pronto oigo el estridente sonido de unas hambrientas abejas, que se han dado cuenta de la miel que llevaba y volaban rápidamente hacia mí.
Salgo corriendo dejando los aperitivos para que no me persiguieran y me escondo en una vieja cabaña, y pasando de la estupenda fragancia de las flores al olor de la madera vieja y húmeda.

Autora: María Sánchez Piña.

martes, 6 de abril de 2010

La ciudad

La ciudad es un sitio no muy agradable para muchos. El cielo casi no se ve de los edificios que hay, caminando por allí sientes como la gente te toca, se choca contigo, te empuja, te golpea...¡de la gente que hay!, aunque lo hacen sin querer.

Hace calor cuando hay gente en verano, y en invierno, con poca gente, un poco de frío. Hay humo por todas partes de los coches que hay, no puedes saborear un olor agradable aunque huele a tiendas caras, ummm... un olor glamuroso. Los edificios son tan altos que te dan vértigo hasta desde abajo.

De todo el alboroto que hay te quedas sordo, que si los coches, la gente...Está todo limpio, así que da una buena impresión: acera limpia, rascacielos impecables, publicidad colorida en algunos edificios, tiendas para todos los gustos, caras, baratas, glamurosas. catetas. Cada vez más internacional con la de los chinos que cada vez tienen más tiendas.

Para mí la ciudad es un sitio divertido y bonito.

Autor Xisco Guerrero Bravo

lunes, 5 de abril de 2010

Un día en el invernadero

Un día soleado y con una brisa espectacular, mi familia y yo fuimos a un invernadero. Cuando llegamos, se nos vino un olor a flores que nos quitó el olor de la tostada que desayunamos.
Entramos al invernadero y vimos muchas especies de flores, las que tenían un olor perfecto. Yo toqué una que era muy bonita y muy suave, la que el muchacho del invernadero me regaló.
Como ya habíamos estado mucho en la parte de las flores, nos fuimos a otra parte del invernadero, la que tenía las frutas. Esta parte no olía tanto, pero te entraban ganas de comerte una manzana, un plátano... porque ya era hora de comer y te apetecía saborear algo fresquito y dulce.
Nos fuimos a casa, y por el camino vimos las mismas flores que pudimos percibir en el invernadero, y también unos perros marrones que se parecían a uno que también vimos en el invernadero, el perro del dueño. Nos comimos, cuando llegamos a casa, una tarta que había hecho mi madre, y que, cuando te la metías en la boca, se te deshacía de lo buena que estaba.

Este trabajo ha sido realizado por:Laura Tocino Periñán.

domingo, 4 de abril de 2010

En el autobús

Hoy, nada mas entrar en el autobús, se oía el ruido molesto de todos los pasajeros. Noté el olor a colonia de mis compañeros.
Yo entré de los últimos y todos mis compañeros de autobús estaban ya sentados y preparados para irse de allí. Muchos de ellos eran de mi clase. Yo iba paseando por aquel pasillo, y miraba a los lados y veía siempre los asientos ocupados.
Cuando me senté empecé a sudar, ya que aquel día hacía mucho calor. En el techo estaba la salida de emergencias cerrada, por si el autobús. Por eso hacia tanto calor.

Autor: Pedro Verches González

sábado, 3 de abril de 2010

Día de campo

Un día estuve en un campo. Lo veía todo verde que contrastaba con un placentero y relajante cielo celeste.Olía la agradable hierba fresca como cuando se corta con el cortacésped.Escuchaba los ruidos de los pájaros y me gustaba mucho las flores blancas y lilas que cubrían todo el campo.Cuando me tumbaba en la suave hierba notaba una sensación agradable y placentera.Ese día fue estupendo porque estaba muy relajada.

Autora: Natalia Horrillo Gil

viernes, 2 de abril de 2010

El pequeño bosque

Hoy estoy en un pequeño bosque. El cielo esta azulado y más brillante que nunca, se escucha un agradable sonido que yo creo que son los pájaros, ya que estamos en primavera. También siento una brisa que acaricia mi cara.

Luego mi madre me da un bocadillo de tortilla: se me abre el apetito al notar su exquisito olor, luego sentí un sabor exquisito ¡estaba muy bueno! Después cogí mi pelota amarilla y me puse a jugar al fútbol.

Autor: Álvaro Beltrán Camacho

El bosque

El lugar que yo voy a describir es un bosque lleno de altos y frondosos pinos.
En el primer plano, se ven unos pinos, más o menos de unos dos metros y medio, que tienen una gran copa. Desprenden un agradable olor y sus cortezas son ásperas.
Pero en el segundo plano, se ve un gran lago con aguas muy frías. El lago esta un poco sucio y el olor a contaminación es bastante fuerte, pero las vistas son muy bonitas.
A lo lejos, en el tercer plano, se ven tres grandes montañas que las tapa una niebla grande e intensa.
Todo el paisaje es acompañado por una calma tremenda. Sólo se oye el ruido de los pájaros y las hojas que caen al suelo.
Para mí este paisaje me inspira tranquilidad, alegría y paz.

Este paisaje o lugar me lo he imaginado y después lo he redactado con mis palabras.

Autora: María Perea Albela.

En el Pinar de la Barrosa

Hoy fui al pinar de la Barrosa y el cielo estaba azul y despejado, con un gran sol amarillo. Aquello es muy grande y el olor a pinos es lo que mas me gusta.
Hay pequeños parques y se escucha el sonido de los niños chillando y riéndose. Es muy agradable ver a la gente feliz.
Me siento en unos bancos de madera muy bonitos y me como un donut muy rico que me trajo mi madre para merendar, le doy la mitad a mi hermana mayor.
Cuando me lo termino cojo mi mp3 y escucho música pop con mi hermana hasta que nos hartamos y hablamos con mis padres. Nos contamos chistes y nos reímos mucho. Entonces, llega una amiga de mi madre que trae una niña pequeña, mi hermana y yo jugamos con ella y nos compramos chuches muy ricas.
De repente, se oye un llanto y es que un niño se ha caído y se ha hecho daño. Su madre le pone betadine para que se le cure.
Jugamos con la niña pequeña en la arena, un poco negra como el carbón y fina como un hilo, que cuando la tocas parece que se va a romper.
Al atardecer, se oye a los pájaros cantar y el silbido del viento, entonces nos damos cuenta de que es tarde y nos tenemos que ir. He pasado una muy buena tarde que espero que se repita más veces.

Autora: Charo Reina Páez

El partido de baloncesto

El partido de baloncesto
Al entrar en la pista de juego sientes la presión y el nerviosismo porque va a dar comienzo el partido. Ves todos los jugadores, los espectadores,...Oyes el fuerte sonido del balón al botar sobre el parqué y sientes el tacto rugoso y resbaladizo de él. Hueles el sudor de los jugadores y un cierto toque a perfume de las gradas.
Cuándo mi equipo anota una canasta me pongo muy contento, pero no tanto como si la hubiera marcado yo.
Al final del partido, si lo hemos ganado nos ponemos muy felices y el público de nuestro equipo qué está en las gradas empieza a aplaudir, pero si lo perdemos, lo hacemos con dignidad y no porque hayamos hecho un partido muy malo, sino porque los rivales han sido mejores que nosotros. Y eso no cuenta como un partido perdido, sino como que no lo hemos ganado. Al fin y al cabo somos un buen equipo.

Autor: Alejandro Núñez Ortiz